Afecto en la vida de un niño
Desde la infancia, un niño necesita una sensación de seguridad y protección. Con falta de atención, actitud cálida, cariño y amor, aparece un sentimiento de alienación. El niño busca mantener la cercanía con los demás. Siente la necesidad de una conexión psicológica con su propio ser.
¿Lo que es?
La psicología de la maternidad está impulsada por una profunda conexión emocional con el bebé. Es la madre quien pone en el bebé la base de la confianza, la autoestima saludable y la capacidad de abrirse a otras personas. La conexión psicológica entre padres e hijos influye en la capacidad de establecer contactos con los demás.
El fuerte apego a los padres determina la relación futura del niño a lo largo de su vida. Proporciona al bebé una función de protección biológica. La indiferencia de un adulto conduce a la formación del apego de forma distorsionada. El resultado es el desarrollo de aversión e irritación hacia los demás.
Es bueno que una persona cuide al bebé durante mucho tiempo y no una gran cantidad de adultos. El niño necesita contacto a nivel emocional.
Debes alabarlo, tomarlo en tus brazos, sonreírle más a menudo, pero en ningún caso debes cecear. Una madre siempre debe aceptar a su hijo, ser sensible a él y comprender claramente los deseos del niño.
Es importante que un niño sienta que siempre es bienvenido, cree en él y es de confianza. Las palabras cariñosas dirigidas al bebé le infunden confianza. Una actitud cálida hacia él contribuye a la formación de un tipo de apego seguro en la vida del niño.La estabilidad de la conexión psicológica con la persona más cercana lleva al bebé a una interacción positiva con las personas.
Al sentir amor por su persona, el niño se llena de un sentido de valor incondicional. Una vez que haya madurado, podrá responder adecuadamente a las declaraciones críticas de los demás. La crítica no le hará daño mental. Tal persona no desarrollará una dependencia de los elogios y la aprobación de los demás.
Fases de formación
El apego seguro se desarrolla en la primera infancia. Representa un sentido estable y desarrollado de la propia seguridad, seguridad y fe en la propia fuerza. Los psicólogos distinguen 3 fases principales que son de gran importancia para la formación de un apego saludable en los niños menores de un año.
El primero
Durante los primeros tres meses de vida, el hombrecito busca la intimidad con cualquier tema. Para las migajas, no importa quién se le acerque: un familiar o una persona completamente desconocida. Para llamar la atención sobre su persona, gruñe, sonríe, llora, mueve brazos y piernas.
Durante este período, debe pasar mucho tiempo con el bebé, abrazarlo, tocarlo a menudo, mirarlo a los ojos.
El segundo
En el período de 3 a 6 meses, el bebé comienza a reconocer a sus seres queridos. Al ver rostros familiares, se regocija, extiende sus manos hacia su madre. Conoce a extraños con menos placer. Es necesario responder correctamente al llanto del bebé. Es necesario calmarlo, levantarlo, brindarle la ayuda necesaria. El contacto debe ir acompañado de una sonrisa amistosa. El bebé debe sentirse completamente seguro. En este caso, el niño desarrolla gradualmente un apego saludable.
El tercero
Después del inicio de los siete meses de edad, el bebé tiene una selectividad en la comunicación. Ya distingue a su gente de los extraños. El niño con toda su alma se apega al sujeto que lo cuida. Su partida trastorna al bebé. Cuando aparece un rostro desconocido, el bebé busca protección de un ser querido.
De 1 año a 3 años, el bebé aprende intensamente el mundo. La tarea principal de la madre y el padre es crear un entorno seguro para la investigación de los niños. Un padre siempre debe estar en la zona de disponibilidad en caso de circunstancias imprevistas.
Los abrazos de una madre ayudan a la joven investigadora a afrontar adecuadamente el dolor, el miedo, la impotencia y el resentimiento. No debería insistir en el fracaso. Después de que sucedió la vergüenza, debes seguir adelante.
De 3 a 5 años, comienza la etapa de independencia formada. Este período se caracteriza por el desarrollo de relaciones con las personas. El niño aprende a entablar relaciones con sus compañeros, a regular situaciones de conflicto. El niño tiene sus primeros amigos. Debes apoyarlo, crear un entorno emocional próspero.
Es en este momento cuando el niño comienza a entrar en conflicto con los adultos, defendiendo sus límites personales. Es mejor establecer reglas estrictas y rápidas. En lugar de intimidación y amenazas, se debe hacer un compromiso. Es importante que un niño comprenda que el afecto y el amor de los padres son más fuertes que cualquier disputa. Los escándalos de los padres a esta edad son muy difíciles de soportar. Su divorcio conduce al desarrollo de un apego ansioso. Necesitamos un buen ambiente en la familia.
De los 6 a los 12 años, el niño aprende a gestionar las relaciones y la distancia. Debería poder distanciarse de su familia durante sus estudios y acercarse a ellos cuando necesiten su apoyo. Esta habilidad será útil para construir futuras relaciones adultas. Los padres no deben ser demasiado protectores con sus hijos. Deje que resuelva los problemas escolares por su cuenta, haga su tarea por su cuenta y establezca relaciones con sus amigos. Y al mismo tiempo, el niño no debe quedar a merced del destino. Debemos responder de inmediato a sus solicitudes de ayuda.
Si descubre que su hijo no puede hacer frente a algo, no tema intervenir en la situación.Pero debe descartarse el control total sobre él, de lo contrario no aprenderá a responsabilizarse de sus propias acciones y buscará ayuda en el momento adecuado.
La influencia de la privación maternoinfantil en la formación del apego es grande. En los niños de orfanatos, limitar la capacidad para satisfacer las necesidades mentales a menudo conduce a una violación del apego seguro. La hostilidad y la frialdad de los adultos en familias disfuncionales también pueden alterar las conexiones emocionales saludables.
Si el niño de crianza no ha desarrollado un vínculo normal, es necesario brindarle cuidado y una sensación de seguridad.
Una descripción general de los tipos de trastorno del apego y sus consecuencias.
El proceso de crecimiento de un hombrecito no debe centrarse solo en la madre. La incapacidad para prescindir de su atención durante mucho tiempo se considera una conexión emocional afectiva. El fuerte apego a la madre crea ansiedad. Esto significa que el niño tiene miedo de perder al padre, por lo que no la deja ni un minuto. Algunos niños se apegan mucho a un juguete. Les permite hacer frente a la ansiedad, calmarse y hacer frente a la separación de su madre.
A menudo, el apego afectivo lleva al niño a manipular a los adultos. Para obtener el resultado deseado, el niño hace un berrinche. A medida que envejece, la distorsión de las emociones aumenta, lo que puede provocar una enfermedad mental.
Los siguientes trastornos se convierten en consecuencias del apego afectivo:
- el desorden desinhibido se expresa en la incapacidad de trazar límites entre los seres queridos y los adultos extraterrestres, aferrándose y pegándose a todos en una fila;
- El trastorno reactivo consiste en el rechazo total de cualquier contacto externo y la concentración total de su atención en su propia madre.
Es muy importante que una persona desde la infancia establezca el programa de comportamiento correcto, de lo contrario pueden surgir problemas graves en la adolescencia y durante la edad adulta. Un mayor apego a un adulto indica una ruptura en el vínculo psicológico estable con los padres. Si un niño está apegado a un extraño y se aferra a él, esto indica un apego afectivo.
Los psicólogos identifican algunos tipos de trastornos del apego en los niños.
- La conexión psicológica neurótica es la búsqueda de atención negativa. Para ello, el bebé provoca que los padres muestren irritación y posterior castigo. Este tipo se observa como resultado de una custodia excesiva o negligencia del niño.
- Una conexión emocional ambivalente se caracteriza por la demostración de una actitud ambivalente hacia un ser querido. Un niño puede primero halagarlo, después de unos momentos ser grosero e incluso golpear, y después de un tiempo comenzará a evitar comunicarse con esta persona. Esta secuencia de acciones malsana surge del doble estándar de comportamiento parental.
- El apego evitativo se evidencia por el retraimiento y el mal humor del niño. No permite que los adultos entren en su vida, se abstiene de las relaciones de confianza. Un bebé así evita el contacto con los padres, intenta demostrar a todos su independencia e independencia. Este comportamiento es una especie de protección de la madre que no expresa ninguna emoción. En respuesta, el niño quiere transmitir a los padres que puede arreglárselas sin ellos.
- Un estilo de apego borroso ocurre cuando se trata de obtener relaciones cálidas, amor y atención de extraños. Este comportamiento se encuentra a menudo en niños de orfanatos. No es difícil para ellos usar mensajes como mamá y papá en la comunicación con desconocidos por completo. A continuación, pueden liberarlos de forma inmediata y sencilla. La falta de distinción en los contactos, el afecto excesivo indican el deseo de compensar una conexión emocional cualitativa con la cantidad.
- El tipo desorganizado es inherente a los niños que constantemente experimentan castigos corporales, violencia y abuso. En algunas familias, una madre débil no puede proteger a su bebé del acoso de un padre despiadado. Un apego desorganizado puede ser causado por una madre agresiva o deprimida. Los niños criados en estas familias se caracterizan por emociones y reacciones caóticas e impredecibles. No quieren amor y prefieren ser temidos.
Señales de violaciones
Es posible determinar la presencia de un tipo de apego afectivo en un bebé por una falta persistente de entrar en contacto con adultos. El niño los evita, los empuja cuando intenta acariciarlo, no participa en el juego propuesto. Una característica distintiva puede ser el estado de alerta, el miedo, el llanto.
Un síntoma de apego ambivalente es una reacción ambigua al regreso de la madre. El niño está al mismo tiempo contento por su llegada y enojado por la separación forzada de ella. Él puede correr felizmente hacia ella e inmediatamente empujarla o golpearla.
Con un tipo de conexión emocional desorientada, el bebé literalmente se congela durante la partida del padre, y su regreso va acompañado de huir y esconderse. Algunos niños se comportan de forma agresiva con otros niños. Alguien puede mostrar agresión consigo mismo: golpearse la cabeza contra la pared, rascarse y morderse las manos. Uno de los signos del trastorno del apego es la falta de distancia con los adultos. Esta es una forma de llamar la atención sobre ti. A menudo, se observa una obsesión excesiva entre los internos de orfanatos e internados.